"Lo que cura es el afecto:
no hay terapia sin simpatía"

Es una pregunta bastante abierta y hay multiplicidad de respuestas, tantas como personas hay en el mundo. Lo que yo puedo ofrecerte y decir es que a través de una relación terapéutica de confianza puedas mejorar la relación contigo mismo y con tu entorno. El objetivo de una psicoterapia es poder ofrecerte la posibilidad de reelaborar tu historia de vida, ejerciendo efectos beneficiosos en tu salud mental, en la forma de verte a ti mismo y al mundo

Ambos lo desconocemos, pero tenemos la posibilidad de descubrirlo. Si bien se suele acudir al psicólogo cuando:

• Sientes que has tocado fondo y ya no vuelves a ser el mism@
• Si sientes que antes te comías el mundo y ahora el mundo se te come a ti
• Necesitas ganar en confianza y seguridad en ti mismo
• Quieres encontrar el sentido de algunos problemas que te pasan recientemente o hace mucho tiempo
• Si cuidas más de los otros que de ti mismo o por el contrario te cuesta cuidar de los demás
• No tienes ningún problema central actualmente, pero sí tienes ganas de conocerte más en profundidad

Las sesiones duran 45 minutos. La frecuencia será algo a acordar en las primeras entrevistas, pero la forma en la que se hace eficaz el trabajo requiere ser de mínimo una vez por semana. En todo caso, es algo a valorar con cada persona y que puede variar durante el proceso terapéutico.

La duración del tratamiento dependerá de aquello por lo que se consulte y la gravedad de la situación.
La terapia no es un proceso lineal, tiene idas y venidas, y cada persona lo vive diferente.

La palabra curar viene del latín curare, que significa cuidar, preocupar. Nosotr@s nos ocuparemos de tus preocupaciones con el fin de poder encontrar una mejora en tu calidad de vida y por tanto, mejorar tu bienestar.

Cuando vamos comprendiendo el sentido de los síntomas, se va resignificando así la experiencia dolorosa. Es la vía para que los síntomas vayan disminuyendo.

Eso no lo sabemos ninguno de antemano, ya que no puedo predecir el futuro. La psicoterapia y el funcionamiento emocional del ser humano, más allá de la neurociencia, no es una ciencia objetivable y tangible per se, como la medicina.

Pero sí puedo decirte que estableciendo un clima de confianza a través del vínculo terapeuta-paciente conseguimos las condiciones para llegar a ciertos insights (esto es, una comprensión reveladora y es en cierto modo como una catarsis). Y establecer una relación de confianza, como en todas las relaciones, conlleva tiempo.

Además, aclaro, que no se trata de eliminar el síntoma como si de un tumor se tratase (pues eso pertenece al campo de la medicina) sino de entender y resignificar por qué a uno le pasa lo que le pasa, por qué repites situaciones de malestar aunque intentes ir por otros caminos. 

Ahora bien, como profesional sanitaria las primeras entrevistas me sirven para hacer un análisis de la problemática y devolverte mis impresiones clínicas sobre el tipo de problemática, gravedad, e impacto de ésta en tu vida

Dependerá de cada caso. Ahora bien, no solo cura la terapia: también afecta si existe y el tipo de sostén familiar/social, condiciones de vida dignas, situación socioeconómica…

Muchas veces, según la situación requiere de un trabajo multidisciplinar: con niños y adolescentes es necesaria la colaboración con el centro educativo; o si se necesita la intervención de psiquiatra, trabajador social, terapeuta ocupacional, nutricionista o un acompañante terapéutico.

Los seres humanos (y animales) estamos hechos de huellas en nuestra memoria. Y desde el nacimiento, estas huellas mnémicas son recuerdos. Los recuerdos están hechos a través de imágenes y de palabras. Es así como una situación traumática está llena de hechos y palabras que por el gran impacto psicológico que desbordó en su día es difícil poder decirlas, ubicarlas… Por este motivo, es la palabra la herramienta principal para resignificar y elaborar sucesos con gran carga de sufrimiento. 

Esto es, siempre y cuando no haya de base ninguna patología física, pues de ser así, la intervención terapéutica se realizará de otro modo.

Más allá de la metodología realizada, lo más importante es aquello que se da en la relación terapéutica, como han indicado ya numerosas investigaciones científicas (Lambert, 1992; Gonçalves et al., 1996).

 Es decir, si te sientes en confianza y estás dispuest@ para poder trabajar con tu terapeuta por la relación que tenéis, más allá de las herramientas que se utilicen.

Antes de nada, hay un punto fundamental: Que él esté dispuesto a venir. Es decir, aunque manifieste cierta resistencia o desconfianza a este lugar, es necesario que él os haya transmitido de algún modo que quiere o necesita acudir a terapia. De no ser así, el tratamiento está bloqueado desde el inicio y no se podrá realizar.

Para quien desconoce en qué consiste pero manifiesta deseos de venir, es importante transmitirle que se le brinda una oportunidad para acudir a un espacio en el que decidirá como paciente qué asuntos quiere abordar de sí mismo.

Lo que trabajemos en sesiones será contenido confidencial, es decir, estará sujeto a secreto profesional, si bien serán necesarias reuniones periódicas con los padres para valorar el motivo de consulta por el que solicitaron ayuda y compartir impresiones de su malestar.

Aunque trabajo con honorarios fijados para todas las sesiones, estoy sensibilizada con muchas personas que tienen una situación muy delicada a nivel socioeconómico por las circunstancias actuales que vivimos. Además, hay muchas personas que manifiestan grandes deseos por querer ser atendidas y se comprometen con el tratamiento. De ser así, estudiaremos la situación conjuntamente y valoraré la necesidad de ajustar los honorarios.